18 jul 2011

Harry Potter contra Hitler


La saga de Harry Potter pensada originalmente para un público juvenil ha conseguido trascender e interesar a lectores "adultos" gracias a la complejidad de sus tramas y al rico universo creado por J. K. Rowling. Un fenómeno del cual sólo unos pocos vieron el potencial, como muestra que a la rueda de prensa que hizo Rowling en España por la publicación del primer libro de la saga sólo asistieron tres periodistas. El resto de medios declinaron asistir ya que no le veían interés a las aventuras de un niño mago.

Sin embargo, tras una histórica portada en la revista Time, el fenómeno Harry Potter explotó mundialmente convenciendo hasta los más escépticos del interés que pudiera tener un libro destinado al consumo juvenil. Honestamente, yo era uno de esos al principio. Cuando aparecieron las primeras ilustraciones de Harry Potter y las sinopsis de los primeros libros lo tomé como un plagio de Los libros de la magia.

Tim Hunter, el protagonista de Los libros de la magia
Los libros de la magia es una miniserie, más tarde se convirtió en serie regular, aparecida en 1993. Escrita por Neil Gaiman e ilustrada por grandes artistas como John Bolton y Charle Vess, narra la historia de Tim Hunter, un niño que tiene el potencial de convertirse en el mayor mago de la historia. Como su alianza hacia el bien o el mal no está decidida, la Brigada de la Gabardina (John Constantine, Fantasma Errante, Mister E y Doctor Occult) lo lleva por un paseo por el lado mágico del Universo DC para que decida qué hacer. Si bien es cierto que Harry Potter guarda un parecido más que razonable con Tim Hunter, las historias de Gaiman y Rowling avanzan por senderos muy diferentes. Gaiman crea una historia épica y metafísica firmemente anclada en el Universo DC y sus personajes, Rowling trabaja dentro de su propio mundo. Ambas tienen en común la pasión de sus autores respectivos por los cuentos de hadas y el folclore, introduciendo personajes clásicos y tradicionales de los cuentos y leyendas en sus historias.

Lo interesante, desde mi punto de vista, de la saga Harry Potter respecto a otras sagas y series de aventuras juveniles es que es una serie que evoluciona y madura a medida que su protagonista va cumpliendo años y que, a partir del cuarto libro, introduce una serie de interesantes subtextos a su trama.

Los siete libros conforman un única historia que he dividido de la siguiente manera (esta división no es oficial en ningún sentido, es mi visión):

Introducción del Universo Potter/Presentación de los personajes principales/Inicio de la historia:
-Harry Potter y la piedra filosofal
-Harry Potter y la cámara secreta
-Harry Potter y el prisionero de Azkaban

Desarrollo del núcleo de la historia:
-Harry Potter y el cáliz de fuego
-Harry Potter y la Orden del Fénix

Inicio de la conclusión/Final de la historia:
-Harry Potter y el misterio del príncipe
-Harry Potter y las Reliquias de la Muerte

Los dos primeros libros son los "más juveniles", con una estructura parecida y predecible. Sin embargo, tras el tercero la complejidad de los libros se dispara, pasando de 250/300 páginas como media en los tres primeros libros a una media de entre 600 y 800 páginas los siguientes.

Pero lo que hizo que mi interés en la saga fuera aumentando fue, como decía, la inclusión de tramas y subtextos que iban más allá de la incorporación de personajes de leyenda o mitológicos. En un principio, la inclusión del desprecio hacia los mestizos y todos aquellos que no provengan de familias de sangre mágica "pura" se podía interpretar como un mensaje anti-racista, en contra de los prejuicios hacia las personas de otra raza o cultura en general. Pero poco a poco, a medida que la saga iba avanzando, me pareció ver cierto paralelismo entre la saga de Harry Potter y la II Guerra Mundial.

La manera en que se alza Voldemort, los tejemanejes de sus seguidores, el desprecio hacia los que no son de sangre pura... Es casi inevitable relacionarlo con el alzamiento de Hitler y el gobierno nazi. Este paralelismo o alegoría, como lo queráis ver, resulta especialmente evidente en el último libro en el cual leemos como ciudadanos aterrados escuchan por la radio los últimos acontecimientos relacionados con la opresión y los ataques que lleva a cabo Voldemort, de la misma manera que en los años 40 los ingleses seguían la guerra a través de la radio pendientes de cuando sería Londres bombardeada de nuevo. Así como el temor y la inquietud ante los sucesos que están teniendo lugar y el temor a decir la palabra equivocada que sea escuchada por oídos indiscretos refleja el miedo y la paranoia que experimentaron los judíos al inicio del gobierno nazi y el temor de los oficiales nazis a caer en desgracia.

Durante años, J. R. R. Tolkien negó que El señor de los Anillos fuera una alegoría sobre la II Guerra Mundial: el señor oscuro Sauron no era Hitler. De la misma manera, imagino que si alguien le pregunta a Rowling, es posible que niegue que Voldemort sea Hitler. Pero creo que la II Guerra Mundial y sus consecuencias han sido un evento de tal impacto en el siglo XX-XXI, que es inevitable leer una historia sobre un malvado ser con un gran poder que utiliza para someter a un pueblo y no relacionarlo con el alzamiento nazi.

¿No es ésa una de las características definitorias de un clásico? ¿Su capacidad de adaptarse y admitir diferentes lecturas? El tiempo dirá si la saga creada por Rowling es un clásico a la altura de Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain o El señor de las moscas de William Golding. Lo que está claro ahora, es que las aventuras de Harry Potter son tremendamente absorbentes y entretenidas de leer.

6 comentarios:

Dr. Gonzo dijo...

De Harry Potter sólo me leí el primer libro, y como cabía esperar, no volví a interesarme por este personaje.
No dudo que la saga evolucione y se vuelva más adulta, pero la temática no me atrae. Igual un dia se me quita la pereza y me los leo todos de golpe, junto con El señor de los anillos, otra saga que poco me interesa de momento.

Raúl Calvo dijo...

Precisamente el primer libro es el menos interesante y más infantil. Realmente a partir del tercero se pone la saga interesante, por lo menos para mí. Yo te diría que algún verano que no tengas nada que hacer te pongas a leerlos para pasar el rato. Pero sólo si te apetece, que no hay nada peor que leerse un libro porque te insisten que lo hagas: al final no lo disfrutas.

El señor de los anillos me lo empecé a leer y lo dejé aburrido al cabo de unas cuarenta páginas. Sin embargo, al cabo de un tiempo me lo volví a leer pero traducido al catalán y sí que me gustó, pero no recomiendo esta trilogía a no ser que seas un fanático de la literatura de fantasía épica... en cuyo caso imagino que ya la habrías leído.

Einer dijo...

De Harry Potter sólo he visto la primera peli y no me llamó nada la atención.
Y en cuanto a El señor de los anillos, el primer libro me parece un coñazo tremendo. Luego es cierto que a partir del segundo mejora, pero para mí no lo suficiente. No logra engancharme.

Raúl Calvo dijo...

Al igual que con los libros, la primera película no es la más interesante. Piensa que es como si hubieses visto los primeros diez minutos de una película normal. El señor de los anillos también me aburrió hasta que como digo encontré una traducción al catalán hecha por un poeta que era más atractiva de leer, pero tampoco es que me entusiasmara.

Luis Cifer dijo...

Pues son pelis divertidas para pasar el rato, bien hechas y absorventes. las mejores son la 3ª y la 4ª que son las más adultas y logradas, las dos últimas dejaban bastante que desear, esperemos que con la 8ª la cosa mejore y logren un final digno.

Raúl Calvo dijo...

Estoy más o menos de acuerdo contigo, aunque yo aquí hablaba exclusivamente de los libros ya que incluyen detalles que obviamente las películas no podían incluir.